miércoles, 20 de abril de 2011

JUICIO FINAL

Nada puede ser considerado más grave que la condenación eterna en el infierno. No existe en el universo para ser más estrictos que Dios. La gente confunde las cosas y creo que el amor de Dios es mayor que su justicia. (el escribano Valdemir Mota de Menezes)

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Juicio Final

Por Mariano González V.
El mundo moderno tiene un concepto diluido acerca de Dios. En el mundo se habla con profusión y entusiasmo acerca el amor de Dios y de su misericordia. Se espera en el Dios benévolo que no le hace mal a nadie ni castiga a alguno.
Por su parte, la Biblia muestra que Dios es amor, y si bien tiene infinita misericordia para su criatura, también ama la rectitud, habita en la santidad, ejecuta perfecta justicia , y es style=""“fuego consumidor”. En otras palabras, la Biblia presenta un balance extraordinario y perfecto en la personalidad y en el carácter de Dios. Dice además, que en su soberanía, Dios ha establecido un día en el cual ha de juzgar al hombre con justicia por medio de Aquel Varón (Cristo Jesús) al cual determinó dando fe a todos con haberle levantado de entre los muertos.
Dios ama al pecador con amor eterno, realista y desinteresado.style="" Pero el Dios recto y perfecto odia al pecado con odio santo. Por eso insta con persuasión amorosa a su criatura a que se arrepienta del pecado y reciba por fe a su Hijo como la condición de entrada a una relación vital con El.
La santidad inherente de Dios reclama juicio contra el pecado. Como acto inicial y soberano, Dios juzgó el pecado en la cruz del Calvario, cuando su divino Hijo murió en ella. Basándose en este hecho de ajusticiamiento perfecto, Dios denuncia a todos los hombres en todos los lugares que se arrepientan del pecado, a la vez que se vindica como juez justo y justificador de aquel que es de la fe de Jesús.
Algunos obedecen a Dios y entran a cuentas con El. Cumplen las condiciones por Dios impuestas para una relación íntima con El. Pero la mayoría nunca lo hace, y continúa de por vida ofendiendo a Dios sin siquiera darse cuenta de que su vida y sus actos desagradan al Supremo Ser que mora en el más alto cielo rodeado de querubines de gloria y santidad.
Hablando del juicio que espera al pecador que no toma en cuenta los requisitos divinos, la Biblia dice en el último de sus libros: style=""“Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre El, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos. Y vi los muertos grandes y pequeños que estaban delante de Dios y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es de la vida: y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar dio los muertos que estaban en él; y la muerte y el infierno dieron los muertos que estaban en ellos; y fue hecho juicio de cada un según sus obras. Y el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no fue hallado escrito en el libro de la vida, fue lanzado en el lago de fuego” (Apoc. 20:11-15).
Este juicio del Gran Trono Blanco, el cual bien podría llamarse “el juicio final”, tendrá efecto, después del milenio, sobre los injustos que han muerto. Los creyentes en Cristo habrán resucitado antes del milenio. La Biblia llama a la resurrección de los justos “la primera resurrección”. Los injustos vendrán ante el Trono Blanco para ser juzgados por sus malas obras. “Y el que no fue hallado escrito en el libro de la vida. . . fue lanzado en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda”, o sea la eterna separación del disfrute de la presencia de Dios por parte del alma impenitente.
¡Qué solemne pensamiento! ¡Cómo debía hacernos recapacitar!
¿Está tu nombre escrito en el libro de la vida?style="" Este es un registro celestial. Hay quienes tienen sus nombres en el registro de una iglesia o de una institución benéfica o caritativa. En algún club o algo similar. Pero todo eso es terrenal, para esta vida.
¿Está tu nombre escrito en el libro de la vida en el cielo?
Si no estás seguro, si te sientes indeciso o dubitante. . . prueba que no estás registrado en los archivos del cielo. Pero hay esperanza. Puedes llegar a asegurarte de esto y conocer por seguro tu relación con Dios, por medio del testimonio interior y el testimonio exterior. Es decir, hay una seguridad por dentro y otra por fuera acerca de nuestro parentesco con el Padre celestial. En cuanto al testimonio interior, la Biblia afirma que “a nuestro espíritu, el Espíritu da testimonio de que somos hijos de Dios.”
¿Tienes ese testimonio interior del Espíritu Santo de Dios a tu espíritu?
En cuanto al testimonio exterior, la Biblia también dice: “Estas cosas son escritas para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el Hijo de Dios.”
Lector amigo. . . no hay necesidad de vagar incierto en asunto tan importante.style="" Tengo nuevas para ti. . . ¡hay esperanza! Jesucristo murió por ti para asegurarte un porvenir glorioso junto a El en el cielo y absolverte del juicio final. Disponte a aceptar las normas divinas para tu vida. Podemos resumir estas normas con dos palabras: arrepentimiento y fe.
Arrepentirse, más que meramente darse golpes en el pecho, quiere decir resolver dar las espaldas al pecado y el frente a la justicia y santidad.style="" Es un acto de contrición en el que sentimos dolor y repudio por el pecado. Un acto en el cual hacemos el firme provisto de abandonar nuestros hábitos pecaminosos.
Fe significa recibir agradecido y confiado, de manos de Dios, lo que El ha provisto gratuitamente para tu salvación:style="" Cristo Jesús.
Arrepiéntete, pues, ahora de tus pecados y recibe en el centro de tu vida a Jesucristo como Señor y Salvador. Toma esa iniciativa feliz ahora mismo invitando voluntariamente a Jesucristo a que entre en tu corazón y tome posesión de tu vida.
Dile a Jesucristo en un simple acto de fe: “Señor Jesús, agradezco tu amor por mí que te llevó al sacrificio de tu vida preciosa en la cruz de vergüenza y de ignominia. Me duele haberte ofendido tanto, límpiame con tu preciosa sangre. Cambia la dirección de mi vida y sigue en el timón de la misma, de ahora en adelante hasta la eternidad. Amén.”

Fuente:

http://www.audiolit.net/espanol/articulos/profecias/juiciofinal.htm

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